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ssss1 El Gran Catecismo, p. 175.

ssss1 Erlanger ed., 33:67, citado en Andrews y Conradi, p. 627.

ssss1 Melanchthon, On Christian Doctrine, Loci Communes 1555, Clyde L. Manschreck, ed. 1965, p. 96.

ssss1 Melanchthon, p. 98. En su primera edición de Loci Communes (1521), Melanchthon reconoce que su comprensión del cuarto Mandamiento depende del Tratado sobre las buenas obras (1520) de Lutero.

ssss1 El concepto del sábado como “renuncia y renovación” se trata más adelante. No comparto, sin embargo, la idea de Melanchthon que relaciona la observancia del sábado con la automortificación, puesto que el sábado no es un día sombrío sino gozoso. Ver Loci Communes Theologici (1521), en Melanchthon y Bucer, L. J. Satre y W. Pauck, trad., 1969, p. 55.

ssss1 Lutero, p. 93; cf. p. 97.

ssss1 Melanchthon, pp. 96, 97.

ssss1 Melanchthon, p. 97.

ssss1 Debe tenerse en cuenta que la orientación teológica del descanso sabático “para el Señor tu Dios” (Éxo. 20:11; 31:17; Deut. 5:14) podría implicar que la cesación de todo trabajo es a la vez una llamada a la adoración divina en el culto público. Esta idea se ve apoyada por el hecho de que, en las fiestas anuales, la prohibición de todo trabajo (prácticamente idéntica a la del cuarto Mandamiento) tiene por objeto facilitar la participación de todos en la “asamblea sagrada” (Núm. 28:18, 25, 26; 29:1, 7, 12, 35; Lev. 23:7, 21, 23-25, 28-32, 35; Deut. 16:8, 11). Aún reconociendo esta posibilidad, la verdad es que el objetivo del cuarto Mandamiento no es “el culto” sino el descanso del trabajo. El acto mediante el cual el hombre se pone a la disposición de Dios en el sábado representa una respuesta de adoración a Dios.

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