Читать книгу Un rayito de luz para cada día онлайн

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Hace poco tuvimos un temblor bastante fuerte en Perú, donde vivimos. Era de madrugada. Todos en casa estábamos durmiendo, y la sacudida nos hizo despertar sobresaltados. Tuvimos que recordar en un instante nuestro plan para estas ocasiones. Como vivimos en una zona de terremotos, siempre tenemos lista nuestra mochila de emergencia con ropa extra, agua, galletas, y otras cosas útiles. Creíamos estar preparados...

Pero ¿sabes qué? A la hora de la verdad, cuando el piso temblaba, ni nos acordamos de la mochila. Buscamos a nuestra perrita y salimos disparados de la casa. La realidad es que la mochila ni siquiera estaba a mano, como debería haber estado. Creíamos estar preparados, pero, si hubiera sido un terremoto fuerte, una emergencia real, y no un simple temblor, nos hubiéramos quedado solo con la ropa puesta, sin comida ni agua, afuera de la casa. Creíamos haber sido responsables en nuestra preparación para esta emergencia, pero en verdad no lo fuimos.

Si leíste con atención el versículo de hoy, probablemente ya estás esperando lo que vas a leer a continuación. Claro que sabes que Jesús ya está viniendo. ¡Por supuesto que tienes tu “mochila” preparada! Seguramente vas a la iglesia los sábados, estudias tu lección, quizá hasta eres un Aventurero o Conquistador. Tal vez cantas en el coro de tu iglesia. Pero eso no lo es todo. Si tu “mochila” no está donde debe estar, no estarás preparado tampoco.

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