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Cinthya

2 de marzo


Practicando la responsabilidad

“¿Quién es pues el siervo fiel y prudente al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo?” (Mateo 24:45).

Muchos niños piensan que sus padres son cansadores. Siempre están recordándoles todo: “Hoy luego de la escuela tienes clase de violín, ¿recordaste estudiar tus partituras?”; “Recuerda darle de comer a tu mascota”; “La semana que viene tienes prueba de Matemáticas, ¿estás estudiando?”; “Recuerda cargar los libros de geografía en tu mochila, que hoy te toca esa materia”. Y la lista podría continuar...

Dos cosas: la primera, tus padres te recuerdan todo porque su deseo es protegerte y que te vaya bien en la vida. Piensa que cuando seas adulto y tal vez ya no tengas a tus padres cerca, no habrá nadie que te recuerde tus compromisos, y ahí sí tendrás que pagar las consecuencias de tus “olvidos”. Y la segunda, si quieres que ellos dejen de recordarte las cosas todo el tiempo, ¿qué tal empezar a practicar la responsabilidad? Sí, amiguito, responsabilidad significa hacer tus tareas y trabajos sin que nadie tenga que recordártelos vez tras vez. Todo es cuestión de costumbre: si tus padres ven que eres irresponsable, seguirán recordándote las cosas. Ahora, si por dos semanas seguidas les demuestras que puedes hacer tus cosas sin necesidad de un recordatorio, ellos dejarán de recordarte todo y tú te sentirás supersatisfecho de tus logros (¡y ellos también!). Suena tentador, ¿no?

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