Читать книгу Un rayito de luz para cada día онлайн
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No hay dudas de que Dios tiene una gran lección que enseñarnos con esta forma de medir... ¿Te das cuenta cuál es? A mí me hace pensar que con la generosidad con que damos, Dios también nos da a nosotros.
Mi amiga Marta me contó que cuando su hijo era pequeño le habían regalado dinero. La cantidad era exacta para que se comprara el camioncito de sus sueños. Pero este niñito estaba aprendiendo a ser fiel y devolver el diezmo. Cuando el sábado lo depositó fielmente no imaginaba la sorpresa que Dios tenía reservada para él.
A la puesta del sol, después de despedir el sábado, fueron a la juguetería y él iba a comprar otro camioncito de menor tamaño y valor... pero fue ahí cuando descubrió que el precio del juguete que él había querido tener, ¡había sido rebajado! No solo le alcanzó el dinero, sino que le sobró.
Mirta
14 de enero
Charly
“Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón” (Salmo 37:4).
Mi esposo y yo veníamos retrasando el día, pero sabíamos que llegaría. Nuestras hijas querían un perrito con todo su corazón. Intentamos convencerlas de que un gatito sería mejor, dado que nuestra casa no tenía un patio con césped; les ofrecimos hamsters, peces, y conejos. Pero el sueño del perrito no cesaba. Tenían una lista de posibles nombres de perros, una lista de trucos para enseñarle. Y oraban por un perrito todas las noches.