Читать книгу Micky Ondas, un goleador de otro planeta онлайн

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–No está bien lo que hiciste –le espetó Juan el asistente saliendo de su mente–; te has aprovechado de que tu OSS está dañado y van a descubrir tu verdadera identidad, deberás repararlo. Además un tac no puede regirse por las emociones. Esto no te permitirá pensar claramente para tu tesis.

Pero Micky estaba fascinado por lo que sentía aunque no podía decírselo a su ayudante. Por eso, inventó al instante una respuesta absolutamente lógica:

–No estoy en Tac y estoy investigando qué es la pasión; si lo que tengo que encontrar es un sentimiento desbordante, tal vez sea mejor que quede todo así, para ayudarme a encontrar más fácilmente el resultado del algoritmo y poder volver a Tac con conocimientos importantes para nuestro mundo.

Ante tan convincente argumento, Juan el asistente no supo qué contestar y se retiró a la mente del joven.

El terreno de juego estaba vacío; decidió sentarse, apoyando su espalda contra uno de los postes y se quedó allí solo, sintiendo cosas sin ninguna otra explicación. Entonces se preguntó: “Todo esto ha sido muy novedoso pero… ¿dónde estará eso que se llama pasión? Sentir emociones ¿me ayudará a completar mi tesis?”.

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