Читать книгу Micky Ondas, un goleador de otro planeta онлайн

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Podía ver cómo se le reían y sentir cómo su sangre hervía. Miró el balón, que luego del golpe había caído a sus pies, miró el campo de juego, miró el arco contrario y puso la pelota bajo la suela de su calzado.

Dejándose llevar por sus emociones, sin pensar, sacó a relucir sus habilidades tac y comenzó a hacer jueguitos con el balón en la portería. Del pie a la cabeza, de la cabeza a la rodilla, al hombro, a los pies, de un pie a otro, de un hombro a otro; toda una combinación veloz de toques que hizo frenar a quienes lo estaban mirando.


Sin embargo, las burlas continuaban:

–¡Jajaja! Ahora el petiso nos quiere mostrar que sabe jugar, ¡jajaja! –dijo uno.

“¿Así que el petiso no sabe jugar?”, pensó Micky. Dejó de hacer jueguitos y salió hacia el arco contrario con el balón dominado. Todos lo miraban y seguían riéndose, hasta que uno de los contrarios se acercó para quitarle el balón y él, con un movimiento veloz levantó la pelota pasándosela por encima; cuando bajó volvió para atrás y le hizo un túnel, dejando al muchacho tirado en el piso sin saber qué le había pasado.

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