Читать книгу Micky Ondas, un goleador de otro planeta онлайн
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Mientras avanzaba los demás rivales lo miraron más seriamente y sus propios compañeros, sorprendidos. Pero él ni los veía, porque lo dominaban emociones incontrolables.
Comenzó a llevar el balón con repetidos cabezazos hacia adelante; tres contrincantes fueron a cruzarlo pero frenó milimétricamente y los jóvenes chocaron entre sí y los saltó con el balón todavía en su cabeza. Los dos contrarios que aun quedaban en pie lo esperaban, pero para ir fuerte contra él; la burla se había convertido en enojo hacia Micky que había dejado en ridículo a sus compañeros.
Al primero de ellos le hizo pasar la pelota por un costado y lo saltó por encima, parado como estaba. Cuando parecía que la iba a perder, usó una velocidad jamás vista y llegó justo con la puntita de su calzado para elevarla, pasarla de un hombro a otro, girar sobre sí mismo y dejar atrás al rival.
El segundo salió a buscarlo con cara de desconcierto. En este caso, el “petiso” pasó el balón sobre él y se arrojó en palomita por entre sus piernas, para dar un giro en el aire y caer parado con el esférico, que justamente había caído en sus pies.