Читать книгу Ni una boda más онлайн

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Cuando Violet quitó el tapón del tanque de gasolina y vio su reflejo en el espejo lateral del auto todo cobró sentido. Sus pants de yoga color lila eran tan transparentes que dejaban ver con claridad los brillantes corazones rosas y la leyenda de sus bragas: “nos vemos, por ahora”.

Estaba de más decirlo, pero adiós a Victoria’s Secret.

Aunque fue supervergonzoso, al menos llevaba ropa interior linda y no calzones de abuelita.

Mírame, soy optimista.

Los frenos rechinaron cuando detuvo el auto frente a la Pastelería Maisy, haciendo que la carpeta que Violet detestaba, pero que no se atrevía a tirar, se deslizara desde debajo del asiento del copiloto.

Tanto trabajo. Tantas imágenes hermosas que alguna vez la alegraron. Todas dentro de una abultada y brillante carpeta color púrpura que hacía que le dieran ganas de llorar. Precisamente ahora que estoy trabajando con el pensamiento positivo. Muchas gracias, no me ayudas, señora Carpeta, así que vete a… tu lugar.

Violet se estiró por encima de la consola y empujó la maldita carpeta debajo del asiento, junto con la botella de refresco vacía y las envolturas de caramelos de cuatro horas de viaje en carretera desde Pensacola, Florida.

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