Читать книгу Ni una boda más онлайн

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Maisy asintió y se acercó para ayudar a la familia a estudiar el muestrario de golosinas. El aire se llenó con su charla y Violet se preguntó cuántos expresos y cupcakes habría tomado Maisy, y si una buena cantidad de azúcar y cafeína le ayudaría también a ella para contrarrestar el sabor agridulce que sentía en la garganta.

Estar aquí era… surreal.

Hablando de surrealismo, ¡centrémonos en el arte! Violet colocó las manos en las caderas y estudió las sucias paredes de la pastelería. Definitivamente necesitaba una remodelación, pero estaba segura de que podría mejorar los desolados muros blancos y las polvosas decoraciones.

Podía pintar la parte inferior del mostrador delantero con un color más oscuro para que la vitrina llamara más la atención. Los suelos de madera eran hermosos y, con una pulida, y tal vez una capa de barniz, serían perfectos.

Hay mucho potencial. Al observar cómo Maisy colocaba sus azucaradas obras de arte en una caja rosa pálido mientras sonreía a sus clientes, le resultó obvio que su hermana hacía lo que le gustaba. De la nada, una ola de cariño golpeó a Violet con tanta fuerza que le temblaron las rodillas. Era genial ver a Maisy en persona otra vez.

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