Читать книгу Ni una boda más онлайн
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Violet salió del auto y puso la alarma, a pesar de que Las Dudas era uno de esos idílicos lugares donde el único crimen es no saludar.
Todas sus pertenencias estaban allí, incluyendo su carísima cámara Canon 5D Mark IV que alguna vez se sintió como una extremidad más.
Allí voy otra vez. Maisy y yo tenemos un plan y todo estará bien si consigo llegar a las últimas horas del día.
Cuando entró, la campanilla de la puerta de la pastelería repiqueteó, al tiempo que Maisy se despedía de un cliente con un: “Hasta luego, ¡que tenga un dulce día!”.
–¡Violet! –chilló Maisy tan fuerte que el cliente se sobresaltó. Su media hermana rodeó el mostrador corriendo y Violet se apresuró dando un par de zancadas.
Un instante antes de que se encontraran, Violet vaciló, solo era una ligera duda de si ir con todo, ya que nunca habían hecho el combo de grititos y abrazos.
Pero Maisy cubrió la distancia que las separaba y le dio un abrazo, digno de una pitón, que le sacó el aire. Quedarse sin aliento nunca había sido tan tranquilizador.