Читать книгу El Pueblo del hielo 10 - Tormenta de invierno онлайн

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—¡No! —dijo Tristan con énfasis—. No estoy hecho para vivir en la intemperie.

—¡Tú y tus gustos refinados de la clase alta! —Villemo sonrió de buen humor.

—Oh, vamos —dijo Tristan con firmeza, pero luego rio.

Las estrellas desaparecían en la luz matutina mientras el carro llegaba a la aldea durmiente. Solo unas pocas estrellas aún eran visibles en los cielos. Villemo las llamaba la estrella de la tarde y el lucero del alba porque no conocía otros nombres para ellas.

Miró hacia la cadena montañosa y hacia el Bosque Negro. Se preguntó qué estarían haciendo sus habitantes. ¿Estarían preparando la venganza después del asesinato del hombre que había intentado robarle a Graastensholm? Últimamente habían estado muy tranquilos. Ninguno había bajado al pueblo. El silencio no auguraba nada bueno. Kaleb estaba preocupado.

—Villemo, ¿de verdad quieres venir con nosotros al Bosque Negro? No es un sitio agradable, como sin duda sabes —comentó Kaleb.

—Ya he estado allí —dijo ella con vehemencia—. No es peligroso y los cuatro iremos juntos. Niklas, Tristan, Irmelin y yo.

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