Читать книгу Dragonomics: integración política y económica entre China y América Latina онлайн

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Sin importar la errática atención que los EE. UU. han prestado a la región durante la primera década de este milenio, la importancia de América Latina para los EE. UU. aún resulta evidente en términos de peso económico, influencia política de larga data y vínculos de seguridad. Al ocupar gran parte del hemisferio occidental, ALC es también un factor crucial en la capacidad de los EE. UU. de proyectar su poder a nivel global. Un análisis adicional referido tanto a los EE. UU. como a China en América Latina sugiere el surgimiento de una especialización de tareas. Sin duda, los EE. UU. continuarán promoviendo en la región la democracia, los derechos de propiedad, el Estado de derecho y las inversiones en servicios y manufactura, mientras que China se encargará del trabajo pesado referido a la expansión comercial, la extracción de recursos, la inversión en infraestructura y una serie de otros proyectos de desarrollo. En esencia, la participación de China en América Latina ha asumido mayoritariamente un carácter de desarrollo, lo cual es un reflejo de su propia condición como EE. Un artículo pionero escrito por Francisco Urdínez y sus colegas, titulado «Gobernanza económica china y hegemonía estadounidense en América Latina», sostiene que, más bien, «Pekín ha llenado un vacío dejado por una disminución de la presencia estadounidense en su propio patio trasero» (Urdínez, Mouron, Schenoni, & De Oliveira, 2016, p. 3). Para los EE. UU., un enfoque más sensato hacia el fenómeno China-ALC sería profundizar los lazos económicos y diplomáticos con ambas partes en asuntos relacionados con el hemisferio occidental.

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