Читать книгу El Amor Era Demasiado Limpio онлайн
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Y como no iba a escribir sobre ella, sobre su intimidad, sobre las situaciones que componen nuestras vidas, si eso soy: un transcriptor de vivencias, un voraz depredador de historias, un receptor alucinado de lo que ve y escucha, un entrometido en los dramas ajenos.
Una vez que termine de revisar el blog de una poeta —extraña, ocurrida, y envolvente desde su escritura— llamaré a Noemí para disculparme y decirle que más allá de haber sido el objeto explotado del artículo, lo que llama “secretos de pareja” se volvió un lugar común desde Sexo en la ciudad, que se deje de tanto dramatismo y mojigatería, y que se ponga pilas porque desde que encontré a Hannah Horvath en internet el amor se está convirtiendo cada día en una pantalla luminosa que exige más vida delatada.
Suelta mi mano y la ciudad me devorará
Que odia mi manía de leer en el bus, que no hago más que atragantarme de ficción en su más disparatada multiplicidad, que dé un respiro y contemple la ciudad: sus calles, violencia, mendicidad, comerciabilidad, su gente, a ella.