Читать книгу ¿A dónde van las estrellas cuando mueren? онлайн

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Por cierto, ¿y qué hay de esa gran ausente en esta aventura, que es la Luna? Pues la Luna es un satélite que da vueltas alrededor de la Tierra, al igual que la Tierra lo hace alrededor del Sol. O sea, que si un planeta es una pelota que da vueltas alrededor de una estrella, entonces un satélite es una pelota que da vueltas alrededor de un planeta. Para que todo esto tenga sentido, claro está, un satélite tiene que ser mucho más pequeño que su planeta, y un planeta tiene que ser mucho más pequeño que su estrella: la Luna es mucho más pequeña que la Tierra, y la Tierra es mucho más pequeña que el Sol.

La Luna es el único satélite de la Tierra, pero hay planetas que no tienen ningún satélite, como Mercurio y Venus, y otros que tienen más de uno. Marte, por ejemplo, tiene dos, que se llaman Deimos y Fobos. Júpiter tiene ¡setenta y nueve satélites! Y Saturno, además de muchos satélites, tiene un grupo de anillos muy bonitos hechos de rocas, polvo y hielo. ¡Ah! Y si se apunta a Júpiter con un telescopio, o incluso con unos buenos prismáticos, y se espera un poco a que el ojo se acostumbre a la oscuridad, se pueden llegar a ver sus cuatro satélites más grandes, como cuatro puntitos que dibujan una línea junto al planeta: se llaman Ío, Europa, Ganímedes y Calisto.

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