Читать книгу Un llamado a destacarse. Un desafío a los jóvenes para marcar una diferencia eterna онлайн
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De repente apareció una multitud de ángeles del cielo, que alababan a Dios y decían:
“Gloria a Dios en las alturas,
y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad”.
Cuando los ángeles se fueron al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: “Vamos a Belén, a ver esto que ha pasado y que el Señor nos ha dado a conocer”.
Así que fueron de prisa y encontraron a María y a José, y al niño que estaba acostado en el pesebre. Cuando vieron al niño, contaron lo que les habían dicho acerca de él, y cuantos lo oyeron se asombraron de lo que los pastores decían. María, por su parte, guardaba todas estas cosas en su corazón y meditaba acerca de ellas. Los pastores regresaron glorificando y alabando a Dios por lo que habían visto y oído, pues todo sucedió tal como se les había dicho.
Lucas 2:8-20
* * * *
El nacimiento del Salvador fue predicho en el Edén. Cuando Adán y Eva oyeron esta promesa por primera vez, esperaban que se cumpliera pronto. Le dieron la bienvenida a su primer hijo con alegría, porque pensaban que era el Libertador. Pero, la promesa tardó en cumplirse. Pasaron un siglo tras otro, y las voces de los profetas dejaron de escucharse. En el concilio celestial se decidió el momento en el que Cristo vendría a la Tierra y, cuando el gran reloj del tiempo marcó la hora exacta, Jesús nació en Belén.3