Читать книгу Conflicto cósmico. Acontecimientos que cambiarán su futuro онлайн

103 страница из 136

Por fin se le concedió su pedido. En la presencia de sus jueces, Jerónimo se arrodilló y oró para que el Espíritu divino dominara sus pensamientos, con el fin de no hablar nada en contra de la verdad o que fuera indigno de su Maestro. Para él ese día se cumplió la promesa: “Cuando os entreguen, no os preocupéis por cómo o qué hablaréis; porque en aquella hora os será dado lo que habéis de hablar. Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros” (S. Mateo 10:19, 20).

Por un año entero Jerónimo había estado en un calabozo, sin poder leer o aun mirar. Sin embargo sus argumentos fueron presentados con mucha claridad y poder, como si no hubiera sido perturbado por la imposibilidad de estudiar. Él señaló a sus oyentes la larga línea de santos hombres condenados por jueces injustos. En casi cada generación, los que trataban de elevar al pueblo de su época habían sido despreciados. Cristo mismo fue condenado como un malhechor en un tribunal injusto.

Правообладателям