Читать книгу Conflicto cósmico. Acontecimientos que cambiarán su futuro онлайн

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Ni un solo cristiano pereció en la destrucción de Jerusalén. Después que los romanos habían rodeado la ciudad bajo Cestio, inesperadamente abandonaron el sitio cuando todo parecía favorable para el ataque. El general romano retiró sus fuerzas sin la menor razón aparente. La señal prometida había sido dada a los cristianos que esperaban (S. Lucas 21:20, 21).

Los sucesos se desarrollaron de tal manera que ni los judíos ni los romanos impidieran la huida de los cristianos. Ante la retirada de Cestio, los judíos lo persiguieron, y mientras ambas fuerzas estaban así plenamente empeñadas en batalla, los cristianos de todo el país pudieron escapar sin problemas a un lugar seguro: la ciudad de Pella.

Las fuerzas judías, al perseguir a Cestio y a su ejército, cayeron sobre la retaguardia. Con gran dificultad los romanos tuvieron éxito en su retirada. Los judíos con sus despojos regresaron triunfantes a Jerusalén. Sin embargo, este aparente éxito les trajo solamente mal. Inspiró un porfiado espíritu de resistencia en los romanos, los cuales trajeron una angustia indecible sobre la ciudad condenada.

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