Читать книгу Conflicto cósmico. Acontecimientos que cambiarán su futuro онлайн

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Cuando Roma se propuso exterminar a la odiada secta, el Papa proclamó una bula [un edicto] condenándolos como herejes y entregándolos a la matanza. No se los acusaba de ser holgazanes, deshonestos o personas desordenadas; se declaraba que tenían una apariencia de piedad y santidad que seducía a “las ovejas del verdadero rebaño”. Esta bula pedía que todos los miembros de iglesia se unieran a la cruzada contra los herejes. Como incentivo, “a todos los que se unían a la cruzada, [la bula] los liberaba de cualquier juramento que hubiesen hecho: declaraba que eran legítimos sus títulos de toda propiedad que hubieran adquirido ilegalmente, y prometía la remisión de todos sus pecados a todo el que matara a algún hereje. Anulaba todos los contratos hechos en favor de los valdenses, prohibía a todas las personas que les dieran cualquier clase de auxilio, y autorizaba a todos a tomar posesión de las propiedades de aquéllos”.ssss1 Este documento revela claramente el rugido del dragón y no la voz de Cristo. El mismo espíritu que crucificó a Cristo, que martirizó a los apóstoles y que movió al sanguinario Nerón a sacrificar a los fieles de su tiempo, estaba en acción para eliminar de la tierra a aquellos a quienes Dios amaba.

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