Читать книгу Conflicto cósmico. Acontecimientos que cambiarán su futuro онлайн

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Wiclef rechaza retractarse

Pero Wiclef no se retractó. Valientemente mantuvo sus enseñanzas y rechazó las acusaciones de sus perseguidores. Emplazó a sus oyentes ante el tribunal divino y pesó sus falsos argumentos y fracasos en la balanza de la verdad eterna. El poder del Espíritu Santo se hizo sentir sobre los oyentes. Como flechas de Dios, las palabras del reformador atravesaron sus corazones. El cargo de herejía, que habían traído contra él, lo arrojó contra sus acusadores.

“¿Contra quién piensan ustedes que están luchando? –dijo él–. ¿Contra un hombre anciano que está al borde de la tumba? ¡No! Contra la verdad: la verdad que es más poderosa que ustedes y los vencerá”.ssss1 Al decir tal cosa se retiró, y ninguno de sus adversarios intentó impedirlo.

La obra de Wiclef estaba casi terminada, pero una vez más había de presentar su testimonio en favor del evangelio. Fue citado a juicio ante el tribunal papal de Roma, que tan a menudo había derramado la sangre de personas justas, pero un ataque de parálisis le hizo imposible realizar el viaje. No obstante, aun cuando su voz no había de ser oída en Roma, podía hablar mediante una carta. El reformador envió al Papa un escrito que, aunque respetuoso y de espíritu cristiano, era un agudo reproche a la pompa y al orgullo de la sede papal.

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