Читать книгу Conflicto cósmico. Acontecimientos que cambiarán su futuro онлайн

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El reformador escuchó en silencio. Entonces le pidió a su ayudante que lo levantara en su lecho. Observando fijamente a los frailes, dijo con voz firme y fuerte, voz que a menudo los había hecho temblar: “No moriré, sino que viviré para volver a denunciar los hechos malvados de los frailes”.ssss1 Asombrados y confusos, los monjes se apresuraron a salir de la habitación.

Wiclef continuó viviendo para colocar en manos de sus conciudadanos el arma más poderosa que existía contra Roma: la Biblia, el agente señalado por el cielo para liberar, iluminar y evangelizar al pueblo. Wiclef sabía que tenía solamente pocos años para trabajar; vio la oposición a la cual debía hacer frente; pero animado por las promesas de la Palabra de Dios, avanzó. Con el pleno vigor de sus facultades intelectuales, rico en experiencia, había sido preparado por las providencias de Dios para ésta, la hora más grandiosa de sus labores. En la rectoría de Lutterworth, sin prestar atención a la tormenta que rugía afuera, se aplicó a su tarea predilecta.

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