Читать книгу El bautismo del diablo. La evolución y la seducción del cristianismo онлайн

27 страница из 95

En parte, dice:

“Yo, Galileo Galilei, hijo de Vincenzio de Florencia, de setenta años de edad, juzgado por esta corte, y arrodillado ante ustedes, los más eminentes y reverendos señores Cardinales, generales de Inquisición a lo largo de la República Cristiana contra la depravación herética, teniendo ante mis ojos el más santo Evangelio, y con mis manos sobre él; juro que siempre he creído, que creo ahora y que, con la ayuda de Dios, en el futuro creeré todo lo que la Santa Iglesia Católica Apostólica sostiene, predica y enseña.

“Pero dado que yo, luego de haber sido amonestado por este Santo Oficio a abandonar la falsa opinión de que el Sol es el centro de la Tierra y es inamovible, y que la Tierra no es el centro del Universo y que se mueve, y a no sustentar, defender ni enseñar de cualquier manera, ya sea oralmente o por escrito, la mencionada falsa doctrina; y luego de haber recibido la notificación de que la mencionada doctrina es contraria a los Santos Escritos, escribí e hice imprimir un libro en el cual trato la doctrina condenada y presento argumentos muy eficaces en su favor, sin llegar a ninguna solución: he sido juzgado con vehemencia como sospechoso de herejía, es decir, de haber sostenido y creído que el Sol es el centro del Universo e inmóvil y que la Tierra no es el centro de ese Universo y que sí se mueve.

Правообладателям