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El nombre vanguardia les vino más tarde, después de la Primera Guerra Mundial -que se convirtió lógicamente en una sombra omnipresente-. Marinetti y Apollinaire fueron dos de sus protagonistas más conocidos.

En lo que a España respecta, entre los que destacaron en la asunción fervorosa de las nuevas tendencias se encontraban Ramón Gómez de la Serna (a través de sus ´greguerías´ -que son pifias, balbuceos …virguerías, decía él mismo-) y Ernesto Giménez Caballero, que en esa época comenzaba a experimentar los planteamientos del arte nuevo en Eoántropo98 y en sus Carteles literarios.99

Durante aquellos años Giménez Caballero escribió algunos libros poco conocidos (ninguno de los suyos ahora lo son) con los que resulta mucho más fácil simpatizar que con lo que iba a producir después. Tienen desde luego mayor interés literario. Y es que en su primer empeño pretendió empujar a la vez la revolución estética y la política. Fue pionero casi al mismo tiempo del surrealismo y del fascismo (un itinerario parecido al de Marinetti, que se convirtió en poeta oficial del régimen de Mussolini).100 Ganó lo segundo.

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