Читать книгу La muerte de Iván Ilich онлайн

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Tres coches se encontraban al frente de la casa. Abajo, en el vestíbulo, junto al perchero, estaba apoyada contra la pared la tapa del ataúd con borlas y galanes. Piotr Ivánovich reconoció a la hermana de Iván Ilich que junto con otra mujer, desconocida para él, llegaban en ese momento y se quitaban el abrigo. Shvartz, un amigo de Piotr Ivánovich, bajaba la escalera; al verlo le dirigió una mirada como queriendo decirle: "Iván Ilich fue un tonto, nosotros somos más inteligentes."

Piotr Ivánovich pensó que la delgada figura de Shvartz, envuelta en un frac, su cara con largas patillas a la inglesa y su elegante solemnidad contrastaban con su jovial carácter, que ahora se acentuaba más.

Dejó pasar a las señoras, y subió la escalera lentamente en donde lo esperaba Shvartz. Piotr Ivánovich comprendió por qué lo esperaba arriba, seguramente quería ponerse de acuerdo respecto del lugar y la hora para jugar whist. Las señoras pasaron a la habitación de la viuda, mientras que Shvartz, con los labios apretados y los ojos alegres le indicaba con movimientos de cejas la pieza mortuoria situada a la derecha.

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