Читать книгу Mejor no recordar онлайн

75 страница из 77

—Buenas noches, señores. —Se acercó educadamente a nosotros y nos tendió la mano—. Siento mucho haberles hecho venir hasta aquí tan tarde. Me gustaría poder repasar con ustedes los eventos de la noche de ayer, dónde su hija fue vista por última vez y comentarles los primeros pasos de la investigación. —Andrés y yo tomamos asiento enfrente del escritorio.

—¿Podría decirnos lo que han averiguado? —preguntó firmemente mi marido con la voz seca y en tono preocupado.

—He estado revisando las notas del agente Solís, y, si les soy sincero, me han llamado la atención bastantes cosas. —Me gustó la firmeza y seguridad con la que pronunciaba las palabras—. La primera, la disposición de la discoteca y el hecho de que no hubiese visibilidad sobre el callejón. Según lo que ustedes declararon esta mañana, Sofía, la amiga de su hija, habló con el portero y este confirmó que vio salir a Alejandra, esperar unos segundos con el móvil en la mano y, después, marcharse por el callejón. También, según su declaración, los amigos de su hija afirman que ella salió de la discoteca a pedir el Uber. Por ello, me gustaría comprobar si, en efecto, su hija se detuvo para pedir el coche y, en caso positivo, si llegó a subirse a él. —Cerré los ojos ante la posibilidad de que a mi hija le hubiese pasado algo mientras caminaba sola por ese oscuro callejón.

Правообладателям