Читать книгу Recently Discovered Letters of George Santayana. Cartas recién descubiertas de George Santayana онлайн

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No era guapo, aunque esbelto, de estatura mediana y manos agradables; pero sus ojos estaban apagados, su tez cetrina y sus facciones acusadas, aunque no precisamente judías. Por otra parte, hablaba extremadamente bien y no había nada en él de mal gusto.

Esa ambivalencia se refleja en el juicio de Santayana sobre su relación con Loeser: «Para mí, siempre fue un compañero agradable, y si nuestra amistad nunca llegó a ser íntima, más se debió a cierta reserva defensiva por su parte.»49 La «reserva defensiva» de Loeser y la asimetría que se introducía así en su relación es un tema constante en las páginas que le dedica en Personas y lugares. Cuando él vivía en Florencia como un rico bachiller, anota Santayana, parecía también extrañamente sin amigos, a pesar de que sabía que había allí un grupo de anglo-americanos, y Santayana se queja de que, en los años veinte, cuando él se quedaba habitualmente en la Villa Le Balze de Charles Strong en Fiesole, cerca de Florencia, Loeser nunca fue a visitarlo, a pesar de tener coche: «esto me hacía dudar si Loeser habría sentido por mí algún afecto, como el que yo sentí por él, o si no fue más que faute de mieux, como último recurso en la excesiva soledad, el que en los primeros años hubiera mostrado tanta amistad».50 Pero esa duda melancólica se disipaba rápidamente en Santayana, siempre realista: «las circunstancias cambian, uno cambia tanto como los demás y no sería razonable actuar o sentirse de la misma manera cuando las circunstancias son distintas»51. En cualquier caso, la gratitud de Santayana para con Loeser por haberle enseñado Italia y su ayuda en las artes plásticas quedó incólume.

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