Читать книгу Conflicto armado y organización campesina. Memorias de la Asociación Campesina del valle del río Cimitarra онлайн

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Otra de las huellas profundas dejadas por el territorio en la memoria de los colonos está vinculada con las enfermedades tropicales. La salud y la enfermedad estuvieron estrechamente relacionadas con las incursiones en nuevas áreas de colonización, pues aumentaban los accidentes y riesgos de contraer enfermedades. Las endemias, como paludismo, fiebre amarilla y hepatitis, se sumaban a las mordeduras de serpientes como la patoquilla o patoco, la coral negra, blanca, amarilla, la veinticuatro, la boga, la mapaná o mata gota, el verrugo y la talla xx. Para hacerle frente a estos problemas de salubridad, los colonos manejaban una amplia variedad de especies nativas de flora y fauna para contrarrestar los efectos mortales de las afectaciones que experimentaban. De estas plantas se destacan las siguientes: guaco, escubilla, mataandrea, caña, limón criollo, valdivia, raíz de limón, la fruta del cedro, la cascara de quina, el caldo de mico, la hiel de guagua, doncella y dorada.

Si bien es cierto que el territorio del que venimos hablando posee una gran riqueza humana y de recursos naturales, no es menos cierto que los procesos económicos capitalistas, sus ciclos y enclaves han estado estrechamente relacionados con la deforestación de los bosques, ocupación de humedales y ciénagas, contaminación de las aguas, desarrollo de sistemas agrícolas intensivos y pérdida de la biodiversidad. Sin embargo, el territorio campesino del valle del río Cimitarra está definido no solamente por las zonas descubiertas en el largo proceso de colonización, sino también con las zonas que no han sido colonizadas ni ocupadas13.


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