Читать книгу Conflicto armado y organización campesina. Memorias de la Asociación Campesina del valle del río Cimitarra онлайн
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La recolonización: perdimos y aprendimos
Aunque el proceso de colonización no se dio al mismo tiempo y en los mismos espacios geográficos, los agricultores recuerdan que la migración y desplazamiento en toda la región fueron en gran medida por motivos políticos y económicos. Una buena parte de los colonos llegó en búsqueda de tierra y mejores condiciones de vida, o bien escapando de la expansión del latifundio, los proyectos de infraestructura y la violencia, aspecto que ha marcado la vida de los colonos. Hombres y mujeres llegaron con fuerza de trabajo para «tumbar montaña» y sembrar, pero sin perder los vínculos culturales con sus lugares de procedencia y labores, lo que, unido a la rápida adaptación a los nuevos lugares, les permitió apropiarse del paisaje y construir poco a poco una identidad con el territorio, en medio de las adversidades y el conflicto.
La expansión de los ganaderos desde la década de los setenta explica la llegada de colonos desde Puerto Berrío (Antioquía) y La Dorada (Caldas). Por un lado, un número reducido de propietarios con capital controlaban la compra y venta de ganado; por otro, se comenzó a valorizar y ampliar las tierras con pasto. Finalmente, estos ganaderos organizaron a hombres armados que tenían a su cargo la seguridad privada de los hacendados y terratenientes; y así se fueron ampliando los linderos sobre tierras habitadas por familias de colonos que vivían de cultivar maíz, arroz, ajonjolí, plátano, cacao y de la cría de cerdos. Estos primeros grupos armados, según los testimonios, fueron creados para proteger la propiedad privada y los intereses de los ganaderos: