Читать книгу Estudios sobre la psicosis. Nueva edición reescrita y ampliada онлайн

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Se aprecia aquí, con claridad meridiana, la posición de Freud, quien, antes que compadecerla o ponerse en su lugar comprensivamente, apela a su participación en ese desorden del mundo del que viene a quejarse y que tanto le hace sufrir. Tal es, como les decía al principio, la clínica en su estado más puro, el que conviene siempre preservar.

Quienes creen que el psicoanálisis plantea un completo determinismo, por ejemplo atribuyendo al inconsciente la responsabilidad última de los hechos de la vida del alma, deberían de leer el breve texto freudiano que se interroga sobre la responsabilidad del soñante en el contenido de sus sueños, consideración que es menester hacer extensiva también a aquellos sueños de contenido inmoral o escabroso. Freud lo dice muy claro: «Desde luego, es preciso asumir la responsabilidad de los impulsos oníricos malvados. ¿Qué otra cosa podría hacerse con ellos? Si el contenido onírico —correctamente comprendido—no ha sido inspirado por espíritus extraños, entonces no puede ser sino una parte de mi propio ser. […] y si, defendiéndome, digo que cuanto en mí es desconocido, inconsciente y reprimido no pertenece a mi Yo, entonces me coloco fuera del terreno psicoanalítico […]».

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