Читать книгу Estudios sobre la psicosis. Nueva edición reescrita y ampliada онлайн

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Desde esta perspectiva puede entenderse la taxativa afirmación de Lacan en su Seminario de 1965–1966 El objeto del psicoanálisis, también recogida en el escrito «La ciencia y la verdad»: «Desde nuestra posición de sujetos somos siempre responsables. […] La posición del psicoanalista no deja escapatoria, puesto que excluye la ternura del ‘alma bella’ [hegeliana]». Tal consideración se extiende asimismo a la locura y al crimen, aspectos más desarrollados en su conferencia «Introducción a las funciones del psicoanálisis en criminología» (1950), realizada en colaboración con Michel Cénac, donde Lacan planteó que «el psicoanálisis reivindica la autonomía de una experiencia irreductiblemente subjetiva». Según mi consideración, estas apreciaciones estaban ya implícitas en ese grano de razón, ese núcleo inalienable, que otrora proponía la noción de «alienación mental».

Pero tras la exposición de los argumentos defendidos por doctrinas contrarias, conviene conocer qué dicen los propios delirantes que además han cometido algún tipo de crimen.

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