Читать книгу Estudios sobre la psicosis. Nueva edición reescrita y ampliada онлайн
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3 Tercero: Cuando un paranoico mata o lo intenta no lo hace empujado por su condición de paranoico, sino porque a su patología psíquica se asocia también la maldad, es decir, una transgresión ética. Como es natural, la psicopatología y la patología ética no siempre caminan de la mano, tal como atestiguan a diario un sinnúmero de psicóticos.
4 Cuarto: Las relaciones entre el delirio y el crimen no son, ni mucho menos, consustanciales, pues unas veces el crimen se precipita en una encrucijada de la tortuosa senda delirante y otras, por el contrario, irrumpe cuando el sujeto psicótico no ha conseguido ponerse en la vía del delirio; tal es la enseñanza que se desprende de los casos de Aimée y Wagner, por citar únicamente los más paradigmáticos.
5 Quinto: El reconocimiento, la sanción y el castigo (a veces también la imputación legal) del crimen tienen efectos clínicos tan probados como inmediatos. Como muestra Aimée, la responsabilidad y el castigo son términos connaturales. Por eso Lacan, en un escrito firmado con Cénac, dejó dicho: «la responsabilidad, es decir, el castigo, es una característica esencial de la idea del hombre que prevalece en una sociedad dada». Corre a cuenta de la competencia y del compromiso ético del clínico saber evaluar la oportunidad del castigo como recurso terapéutico y disponer de él cuando convenga.