Читать книгу Estudios sobre la psicosis. Nueva edición reescrita y ampliada онлайн

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A diferencia de la filosofía desarrollada en los últimos tres siglos como actividad teórica, esta orientación de la filosofía prefería la fortaleza de la práctica a la de la teoría. Aunque sorprenda hoy día, este hecho resultaba incuestionable para los antiguos, como expresa el comentario de Cicerón en el primer preámbulo de Sobre la República, cuando propone que podría tenerse la teoría de una ciencia aunque no se practique, pero «[…] la virtud radica por completo en el ejercicio de sí misma»16. Quien se acercaba a la filosofía lo hacía, en definitiva, para tener una experiencia17. Este modo de vivir conforme a unos preceptos éticos, parece ser el punto de convergencia de escépticos, epicúreos y estoicos, de una manera tal que no puede considerarse a los seguidores de estas doctrinas como meros pensadores o sabios, sino como sujetos que optaban por vivir, tratar sus desdichas y buscar la felicidad de acuerdo con los principios que regían sus discursos. Tal es la tesis defendida en numerosos estudios actuales, como los de Pierre Hadot, autor que escribió: «En efecto, la filosofía antigua admite, de una u otra manera, desde el Banquete de Platón, que el filósofo no es sabio, pero no se considera un simple discurso que se detendría en el momento en que apareciera la sabiduría; es al mismo tiempo e indisolublemente discurso y modo de vida, discurso y modo de vida que tienden hacia la sabiduría sin jamás alcanzarla»18.

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