Читать книгу Canciones de lejos. Complicidades musicales entre Chile y México онлайн

33 страница из 57

“Esas son las que me gustan, las corrientes. Porque van directas al pueblo”, le respondió Lucho Gatica. Y tenía razón.

Son sólo dos pruebas del excepcional olfato de quien buscaba apuntar con sus canciones “directo” a su audiencia. Parece extraño ahora, que ya sabemos de su fama universal, pensar que en algún momento el chileno tomó muchas de sus grabaciones como lo hace un apostador con un número que tan sólo le presenta un pálpito de triunfo.

El relato amoroso reconocible por el gran público era la brújula a la que el cantante estaba siempre atento. “Nadie escapaba a su embrujo; nadie se avergonzaba de adorarlo, de sentirlo, de hacerlo un espejo del alma cotidiana”, ilustra el ejecutivo de Odeon Rubén Nouzeilles en el texto de carátula para uno de sus discos.

La carga galante del canto y la sofisticación melódica de los arreglos en sus grabaciones, sumadas a la decisión de lograr con ello un cruce intergeneracional, fueron también parte de esa marca personal: del tan aplaudido “estilo Gatica”, capaz de diagnosticar su tiempo y aportarle al bolero dosis justas de sutiles innovaciones para su renovación.


Правообладателям