Читать книгу Santa María de Montesa. La orden militar del Reino de Valencia (ss. XIV-XIX) онлайн

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ssss1. El arcediano de Tarazona Domingo García de Echauri, en carta a Jaime II fechada en septiembre de 1311, comentaba que «tan grandes son los bolicios e assi con mal leuantados que ni el rey puede saber sy quienta sera la fin ny cuando» (A. Giménez Soler: Don Juan Manuel..., doc. ccxxxii, p. 400). Cit. C. González Mínguez: Fernando IV de Castilla (1295-1312). La Guerra civil y el predominio de la nobleza, Universidad de Valladolid, 1976, p. 315.

ssss1. C. de Ayala: «Un cuestionario sobre una conspiración...», pp. 77-82.

ssss1. «Y porque era ya muy público que la orden de los templarios se había de deshacer y que sus rentas se aplicarían a la orden del Espital, llevaban instrucción estos embajadores [del rey de Aragón] que se suplicase al papa que se instituyese, de las rentas que tenían en sus reinos, un maestrazgo de la orden de Calatrava que tenía origen y dependencia de la orden de Cistel, con que no fuese sujeto ni a corrección ni visitación del maestre ni del convento de Calatrava de Castilla, sino que estuviese subordinado a la corrección y visitación del convento y monasterio de La Gran Selva o de Fonfrida de la orden de Cistel». J. Zurita: Anales de la Corona de Aragón, 2, lib. V, caps. xciii y ci, Zaragoza, 1977, pp. 748-749; C. de Ayala: «Un cuestionario sobre una conspiración...», p. 82; Ph. Josserand: Église et pouvoir..., p. 50, n. 86; a él debemos confirmación de que el dato cronístico tardío tiene base documental. H. Finke: Papsttum und Untergang des Templerordens, Münster, 1907, II, doc. 143, pp. 291-293.

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