Читать книгу La historiografía medieval. Entre la historia y la literatura онлайн

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Cuando un mito refiere las aventuras, las hazañas, los hechos generosos, la muerte y la resurrección de un héroe civilizador, no es el hecho de haber dado a la tribu la idea de hacer fuego o de cultivar el maíz lo que, en realidad, interesa y conmueve a la audiencia. Se trata, como en la historia sagrada, de la participación del grupo social en su propio pasado, el grupo se siente revivir entonces en una especie de comunión mística con aquel que lo ha hecho tal como es. En síntesis, los mitos son a la vez, para la mentalidad primitiva, una expresión de la solidaridad del grupo social con él mismo en el tiempo y con otros seres de su medio ambiente, y un medio de mantener y reavivar el sentimiento de esa solidaridad.ssss1

La preservación del poder mítico de los orígenes es uno de los objetivos de toda sociedad. Tal como lo ha argumentado convincentemente Mircea Eliade, los mitos y las leyendas reflejan una nostalgia por los orígenes de la sociedad que, automáticamente, remiten al eterno retorno de una era creativa.ssss1 Por este motivo, la natural anacronía que se produce entre el evento descrito (las aventuras del héroe fundador de un pasado remoto) respecto a las circunstancias históricas que se le asignan (que suelen ser las del presente desde donde se narra) quedan camufladas gracias a la utilización de un lenguaje épico ahistórico, una estructura narrativa muy básica, un modo de tramar clásico (que remite a las categorías típicas de la tragedia épica) y un contenido literario de contenido legendario.

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