Читать книгу Noche sobre América. Cine de terror después del 11-S онлайн

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La diferenciación marcada por Rossi-Landi (1980) es la misma que separa las motivaciones del soldado destinado en Irak —patriotismo, deber, hermandad— del aparato discursivo que intenta justificar su presencia allí: la ideología neoconservadora, un falso pensamiento que, tras el 11 de septiembre, se convirtió en el discurso dominante de la política estadounidense. En próximos capítulos ahondaremos en las tesis neoconservadoras; de momento, podemos caracterizarlas como ideas que se imaginan a sí mismas como procedentes de otras ideas ―de la Constitución y de la Declaración de Independencia―, pero también como un intento de ocultar bajo un lustre de altos ideales los bajos instintos imperiales del poder estadounidense ―el control sobre el petróleo, el establecimiento de bases estratégicas, el fortalecimiento de Israel en la región, entre otros―.

Sin embargo, regresemos ahora a la formulación de Engels y observemos que éste centra su atención en el sujeto que elabora el texto ideológico «de manera consciente, pero con una falsa consciencia». Con ello, no sólo nos devuelve a la dicotomía entre lo consciente y lo inconsciente con la que comenzaba el epígrafe, sino que además plantea uno de los problemas de cualquier interpretación ideológica de un producto cultural: el problema de la intencionalidad. A menudo, los cineastas se resguardan de lecturas ideológicas escudándose en que ellos jamás pretendieron incluir soflamas o alegatos. Porque ellos filman —o escriben o pintan o cantan— sólo para entretener, asustar, hacer reír o, incluso, de crear una obra de arte. Al respecto, Gérard Lenne (1974b: 15) llegó a afirmar: «Lo que el autor ha querido decir nos importa poco. Es lo que ha dicho lo que nos interesa; e, implícitamente, cómo lo ha dicho y cómo una película sirve para decir otras cosas. En el cine, el autor no es un artista, es un trabajador». Lenne arroja su anatema sobre el artista trascendente y sus idólatras; sin llegar a este extremo, también nosotros nos inclinamos por primar el significado cultural e ideológico de la obra por encima de las intenciones autorales, que aun así siguen contando.


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