Читать книгу Noche sobre América. Cine de terror después del 11-S онлайн
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La ideología interpela al individuo, lo constituye en sujeto y, al hacerlo, lo somete ―lo “sujeta”― a un absoluto, a un todo como puede ser Dios o el Estado. En la teoría althusseriana, la ideología sigue siendo una distorsión de lo real (esto es, de las relaciones económicas entre el individuo y el mundo): «La ideología es un sistema de representaciones, pero en la mayoría de los casos estas representaciones no tienen nada que ver con la “consciencia”: normalmente se trata de imágenes y, ocasionalmente, de conceptos, pero se imponen a la gran mayoría de los hombres no a través de su “consciencia”, sino en su forma de estructura. Son objetos culturales percibidos, aceptados y sufridos y actúan funcionalmente en los hombres a través de un proceso que se les escapa.» (Althusser, 2005: 233).
En primer lugar, la ideología tiene una existencia material y ésta se produce en el seno de los aparatos y sus prácticas; por consiguiente, la ideología se refiere a formas materiales y a prácticas culturales. Así, según aclara Deborah Philips (Wayne, 2005: 87), en la medida en que la ideología se formula, circula y reproduce en formas materiales, también hace que las relaciones imaginarias del capitalismo se tornen, a su vez, reales. En segundo lugar, la ideología no puede concebirse como una serie de ideas que se imaginan a sí mismas como autónomas; en cambio «la ideología es la representación de la relación imaginaria entre los individuos y sus condiciones reales de existencia» (Althusser, 1971: 162).