Читать книгу Noche sobre América. Cine de terror después del 11-S онлайн

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Respecto al segundo punto, la «representación de la relación imaginaria», nos devuelve, nuevamente, al plano de lo ilusorio. Más que a las condiciones de existencia, la ideología se refiere, sobre todo, a nuestro modo de imaginarnos maneras de relacionarnos con ellas, de actuar o de vivir nuestra vida. En este sentido, la dimensión imaginaria implica que es la ideología la que realmente articula nuestra experiencia cotidiana con aquel otro ámbito, más abstracto, de la estructura social. Pero, al mismo tiempo, esta misma dimensión imaginaria abre también la puerta a una relación especular, fantasmática, a una mise en abîme en la que la relación entre el sujeto y lo real se produce en el plano de lo imaginario:

No son sus condiciones reales de existencia, su mundo real, lo que “los hombres se representan a sí mismos” en la ideología, sino que, por encima de todo, lo que aquí está representado es su relación con dichas condiciones. Es esta relación la que se halla en el centro de toda representación ideológica ―es decir, imaginaria― del mundo real. Es esta relación la que contiene la “causa” que ha de explicar la distorsión imaginaria de la representación ideológica del mundo real. […] es la naturaleza imaginaria de esta relación la que subraya todas las distorsiones imaginarias que podemos observar (si no creemos en su verdad) en toda ideología. (Althusser, 1971: 154)


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