Читать книгу Noche sobre América. Cine de terror después del 11-S онлайн
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No obstante, la de Althusser no es en modo alguno una teoría cinematográfica; es más, para Althusser (1971: 204), la relación entre arte e ideología es de naturaleza compleja e intricada: «El arte (quiero decir el arte auténtico, no el trabajo de nivel anodino o mediocre) no nos aporta un conocimiento en el sentido estricto; en consecuencia, no reemplaza al conocimiento (en el sentido moderno: conocimiento científico); sin embargo, lo que nos aporta mantiene de todos modos una cierta relación específica con el conocimiento. […] Creo que la peculiaridad del arte es “darnos a ver”, “hacernos percibir”, “hacernos sentir” algo que alude a la realidad».
El arte nos hace ver («nous donner à voir») «algo que alude a la realidad» o, en otras palabras, nos permite sentir «la ideología de la cual ha nacido, en la cual se baña, de la cual se separa a sí mismo como arte y a la cual alude» (Althusser, 1977: 204). De este modo, aunque no consideremos la obra de arte como un artefacto ideológico per se, descubrimos que ésta «no puede dejar de ejercer un efecto ideológico directo» y que, por lo tanto, «mantiene relaciones mucho más cercanas a la ideología que las de cualquier otro objeto» (Althusser, 1971: 220). Así, Althusser formula una relación entre arte e ideología tan interesante como problemática. Problemática, en primer lugar, porque destierra a un limbo teórico todo cuanto no es «arte auténtico» y, en segundo lugar, porque torna imprescindible una ciencia del arte: «En otras palabras, para responder a la cuestión de la relación entre arte y conocimiento, debemos producir el conocimiento del arte» (Althusser, 1971: 206).