Читать книгу Diario de un adolescente precoz colombiano онлайн
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Al terminar de hacer la pasta, encendió la TV y arregló la mesa, incluso seguíamos besándonos y tuvimos que parar para comer, fue la mejor pasta que había comido hasta ese momento, estaba encantado y no podía parar de decírselo e incluso me atreví a decirle que le amaba, él no decía nada y sonreía.
Terminamos de comer y tomamos el postre, él había preparado antes postre de tres leches y nos lo pasábamos de boca a boca, nunca había hecho eso, pero de él lo aceptaba todo y al terminar nos duchamos juntos. Nos enjabonábamos el uno al otro y me dio ganas de orinar e iba a salir al sanitario, pero él me dijo que le orinara a él.
Me sorprendí nunca pensé que a alguien le gustara que le orinaran, pero le complací, pude ver como se arrodillaba en aquella ducha y empecé a orinarle por su cara, hasta que cayera por todo su cuerpo e incluso se atrevió a beberse mi orín. Estaba alucinando, era algo nuevo y le pedí que me lo hiciera él a mí también.
Me dijo que se le decía lluvia dorada y cuando se levantó pude sentir el olor de su orina y no me importó, le besé, le abracé, para mí era suficiente estar con él, cuando me arrodillé, pude sentir la sensación de su orina caer por mi cuerpo, no sé por qué me gustó esa sensación, seguro era porque sentía algo por él.