Читать книгу Diario de un adolescente precoz colombiano онлайн
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Habíamos terminado agotados, él tomó pañitos húmedos, se limpió, luego me limpio a mí besándome cariñosamente, dejó los pañitos en el suelo, fue a la cocina y me trajo la merienda para recuperar energía, luego nos quedamos acostados en la cama abrazados viendo la TV.
Estábamos disfrutando muchísimo, permanecimos varias horas abrazados, jugando, haciéndonos alguna que otra broma, pero de broma en broma nos colocamos de nuevo cachondos, él no sabía qué le estaba ocurriendo conmigo, pues se ponía muy caliente y su calentura me ponía muchísimo, no podíamos evitar que nuestras pollas se relajaran y nos tocó volver a follar, pero esta vez lo hicimos tranquilamente en la cama.
Primero me folló él, me acosté de lado, me abrazó y me la metió delicadamente mientras me besaba el cuello y me abrazaba, luego la sacó, se puso de lado y quería también que le follara yo, intenté hacerlo cariñosamente, pero soy mucho más salvaje follando y cuando se la metí, después de hacérselo delicadamente, le follé muy duro, no se quejó y se corrió de nuevo, pero no le solté hasta que me corrí en su culo.