Читать книгу Diario de un adolescente precoz colombiano онлайн
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Él también se había puesto feliz al verme y sobre todo verme tranquilo y sonriente, tanto que me dijo que le hacía muy feliz que estuviera con mi madre y no con personas que se aprovechaban de mí.
Era un viernes, estaba contento y me dijo que si quería ir a una fiesta. Yo le dije que me gustaría, pero que no tenía ropa y que ya había pasado pena en la fiesta del Rolo y Michín, porque era el único mal vestido, así que me llevó a Chipichape, allí me enteré de que el Rolo tenía con su hermano Cherazy, una tienda de ropa llamada Emporium, que era la más popular. Esa noche el Rolo se puso a reír cuando nos vio llegar a los dos juntos y dijo que cogiera lo que quisiera que el Tieso pagaba.
Solo pude coger un pantalón y una camisa pues me daba vergüenza abusar de la confianza, todos se rieron de mí y me dijeron que tenía el gusto en el culo, así que entre ellos eligieron la ropa, zapatos y la cuenta fue de casi 3.000.000 de pesos, no podía imaginar por qué pagaba tanto por una persona que aún conocía poco. Pero me dijo: “Relájese y párchese*, que usted va a ser mi bebé y todos lo van a saber”.