Читать книгу Diario de un adolescente precoz colombiano онлайн

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Esa noche también me llevó a cenar y compramos comida para llevarle a mi madre y a mis hermanas, en el camino paramos en su peluquería para que nos hicieran el corte. Luego me dejó en casa y me dijo que pasaba a por mí, a las 02:00 de la madrugada.

Mi mamá estaba muy preocupaba, porque no sabía qué amistades tenía yo y cuando me vio llegar con todas esas compras se tranquilizó y se puso contenta de verme a mi feliz. Sin duda ese fue el comienzo de una gran amistad entre el Tieso y yo, no sabía si era por el porro, o porque había visto que él tenía una sonrisa de oreja a oreja.

Después de dejarme en mi casa, pasé al negocio de mi amigo Julián y le dije que no se preocupara, que cuando terminara le podía dar el equipo a mi madre, o si no, que lo guardara y ya me lo daría.

En cierto modo, me dio algo de pena por irme y dejar a mi amigo solo, estaba trabajándole, porque quería una complicidad con él, sobre todo por el paquete que se le notaba, decía mucho de lo que tenía y muchas veces en las noches me hacía unas pajas pensando en cómo sería su polla. Le dije que no le fuese a decir nada a mi madre de lo que le había dicho, que el Tieso era el hombre que me gustaba y me dijo que no me preocupara, pero quería que se enterara que me gustaban los hombres.


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