Читать книгу Diario de un adolescente precoz colombiano онлайн

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Un día mientras ayudaba a mi nuevo amigo el costeño, vi que una camioneta como la del Tieso se había aparcado enfrente del negocio, pero nadie salía, diez minutos después salió el Tieso, estaba pasando por allí y pudo reconocerme, pero quería confirmar que fuese yo.

Solo de verle me había alegrado, pues en el fondo me gustaba muchísimo. Mi amigo el costeño que se llamaba Julián, me preguntó que quien era y yo le respondí, el hombre que más me gusta, fue un descaro que no medí, siempre me hice el machito en su compañía, pero me gustó tanto ver al Tieso que no me importó.

Estaba fumando marihuana en su coche y fue tan rico que le dije que quería, él me preguntó si sabía fumar y le dije que el Rolo y Michín me habían dado a probar un día, pero que no había sentido nada, pero que me gustaba el olor y sabor de la marihuana.

Esa noche le dije a mi madre que iba a salir con un amigo y ella preocupada, anotó las placas y el modelo del carro, el Tieso la vio y se puso a reír, porque no daba crédito a lo que estaba pasando.


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