Читать книгу Diario de un adolescente precoz colombiano онлайн
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Luego pidió que se la metiera yo a él, pero nos asustamos mucho, ya que al sacar mi polla del culo de Michael, había mucha sangre y no sabíamos qué hacer. Michael lloró un poco de lo asustado que estaba, pero le convencimos de que nadie podía saber nada, así que se puso unas medias* y la ropa interior, nos vestimos, salimos de la habitación y nos pusimos a ver la TV. Desde entonces ni hablamos, ni volvimos hacer esas cosas, seguro que no queríamos vivir de nuevo aquella escena, pero fuimos inseparables desde aquel momento.
El tiempo transcurrió y llegó el momento de irnos a nuestra nueva casa, mi madre había alquilado una habitación en casa de una señora que tenía dos hijos, uno de diecisiete y otro de dos años.
En este sitio mi madre nos metió al colegio, mi hermana vino de Zarzal y allí empezamos a tener una vida más tranquila y normal. Mientras mamá trabajaba todo el día, nosotros íbamos al colegio, nos quedábamos solos en casa y veíamos la TV con la señora María.
Un día mi hermana se marchó con la señora María a hacer una vuelta* al centro de la ciudad, su hijo de diecisiete y yo nos quedamos solos en casa, el chico siempre estaba en su habitación haciendo sus cosas, pero esa tarde salió en ropa interior y pude ver que tenía la polla dura, me dijo que, si quería jugar a la Nintendo, yo no tenía claro que era eso, pero si era para jugar, era muy tentador y dije que sí.