Читать книгу Mercados del lujo, mercados del arte. El gusto de las elites mediterráneas en los siglos CIV y XV онлайн

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ssss1Les Lapidaires français du Moyen Age des XIIe, XIIIe et XIVe siècles, L. Pannier (ed.), Ginebra, Slatkine Reprints, 1973. El blanco se viste en solemnidades y fiestas de Nuestro Señor y de la Virgen María, para santos que no son mártires, en tiempos de Navidad y Pascua y en días específicos. Significa pureza, inocencia, gozo, y como símbolo de Dios. El rojo es el color de la sangre y del fuego, y se utiliza en Pentecostés, el Domingo de Ramos, Viernes Santo, Misas votivas del Espíritu Santo, de la Preciosísima Sangre y de la Pasión del Señor, en fiestas de los Apóstoles, Evangelistas y en las celebraciones de los santos mártires. El verde, se emplea en los Oficios y Santas Misas del Tiempo Ordinario. El negro puede usarse el día de todos los fieles difuntos (2 de noviembre), en los funerales y Misas de réquiem. El morado es señal de humildad y penitencia, y a veces de dolor. Se usa en tiempo de Adviento y de Cuaresma. Puede usarse también en los Oficios y Santas Misas de difuntos. Posteriormente se añadieron el rosa, que a finales del siglo XVI se empezó a usar en Roma, y el azul que, por el especial privilegio español, se puede usar en la solemnidad de la Inmaculada (y en otras misas votivas). El rosa puede usarse en el tercer Domingo de Adviento (Gaudete), y el cuarto Domingo de Cuaresma (Laetare). Un conjunto de ornamentos particularmente noble o precioso, puede utilizarse para ocasiones especiales, incluso cuando no son del color del día o de la celebración. Son imprescindibles los estudios de M. Pastoureau sobre la materia; «Los colores litúrgicos», Cuadernos phase, 15 (septiembre de 2006), es un monográfico que reúne trabajos esenciales.

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