Читать книгу Mercados del lujo, mercados del arte. El gusto de las elites mediterráneas en los siglos CIV y XV онлайн

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Los libros de pasantías barcelonesas son, a este respecto, una fuente privilegiada para documentar los criterios estéticos, los gustos decorativos y los objetos más solicitados que un platero tenía que dominar para obtener el título. La aparición de nuevas joyas, entre ellas un tipo de libro, el pinjante que se lucía colgado al cuello o a la cintura. Alhaja y objeto sagrado que protege diferenciando al posesor porque le permite mostrar, mediante el juego de concentrar tanta riqueza en un mínimo espacio, la calidad de su piedad religiosa. Bajo el término «librico» se encontrarán entre los de Juana I, a veces confundidos por su proximidad material con los relicarios, denominados en ese caso «cultres». Entre trece cuentas de jaspe con dos pomas gruesas labradas con el aspa de san Andrés de las que colgaban diez cadenitas, se describe un «librico de oro», cerrado con una chapita que tenía una inscripción en esmalte o niel negro en una cubierta y en la otra una cruz. El jaspe, de un verde intenso, es, según el lapidario cristiano, la primera piedra que describe el Apocalipsis, gema que destruye fantasmas y diablos de judíos y sarracenos y transmite a quien la lleva la fortaleza de la fe.ssss1 En otra sarta de ciento treinta y seis olivetas, se mencionan siete brincos, uno de ellos un «librico de coral guarnecido de oro», que pendía junto a un niño Jesús con un tornillo de oro, un patena de coral, un san Sebastián, dos jarritos de coral, y una pierna de coral. Otro, esmaltado sobre de oro y cerrado con una manecilla que se colgaba en una sarta de trece cuentas de jaspe, lo regaló la reina a su hija doña Catalina; uno, también de oro y relleno de ámbar que pasó a doña Ana de Aragón. Su peso oscila sobre ocho tomines. Son unos de los pocos ejemplos de encuadernación de lujo que se conservan.ssss1

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