Читать книгу Las bases del yoga. El origen del hatha-yoga, los nathas, y su expansión en Occidente онлайн

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puruṣo vāva yajñaḥ

El cuerpo humano es como un yajña.5

Para los antiguos sabios de las Upaniṣads que vivían retirados –así como para los ascetas y yogīs a lo largo de los milenios hasta el presente–, el yajña es un fuego interior, un fuego íntimo que arde con el combustible de la renuncia, la introspección y la profunda contemplación, muchas veces acompañadas de un intenso proceso, a menudo secreto, de otras prácticas ascéticas. Este es el fuego interior que el yogī cuida con gran esmero. A menudo, en la India, si nos adentramos en el mundo de los sādhus, podemos encontrar a yogīs y ascetas que pasan su vida sentados frente a un dhuni, un fuego sagrado que se mantiene siempre encendido. Allí, delante del fuego, el sādhu lleva a cabo su práctica yóguica: su recitación y estudio de textos (svādhyāya), sus larguísimas repeticiones de mantras (japa) y su meditación (dhyāna). El fuego ante el que el sādhu está sentado es posiblemente el mismo fuego ante el que su guru estuvo sentado durante la mayor parte de su vida, tal como muchos yogīs del mismo linaje habían hecho anteriormente. En la India podemos encontrar fuegos sagrados que son propiciados y se cuidan desde hace milenios. Para el mundo indoeuropeo, el fuego externo y el fuego interno han sido y son de gran importancia ya que se considera que el fuego tiene un poder purificador y es un elemento indispensable en la mayor parte de las ceremonias sagradas.

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