Читать книгу Dios te salve, Reina y Madre. La Madre de Dios en la Palabra de Dios онлайн

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¿Qué encendió este fuego en sus corazones? A través de las Escrituras, Jesús había iniciado a sus discípulos en un mundo que iba más allá de sus sentidos. Como buen maestro, Dios presentó lo que no era familiar en términos que resultaban familiares. Más aún, había creado lo relativo a la familia con este fin en la mente: moldear las personas e instituciones que pudieran prepararnos mejor para la venida de Cristo y las glorias de su reino.

APRENDIENDO TIPOLOGÍA

Los primeros cristianos siguieron a su Maestro, leyendo la Biblia de esa manera. En la Carta a los Hebreos, se describe el tabernáculo del Antiguo Testamento y sus rituales como «tipos y sombras de las realidades del cielo» (8, 5), y la Ley como una «sombra de los bienes que han de venir» (10, 1). San Pedro, por su parte, hacía notar que Noé y su familia «fueron salvados a través del agua» y que «esto prefiguraba el Bautismo, que os salva ahora» (1 Pe 3, 20-21). La palabra de Pedro que hemos traducido por «prefiguraba» es exactamente la palabra griega que significa «tipificar» o «hacer un tipo». El apóstol San Pablo, por su parte, describía a Adán como «tipo» de Jesucristo (Rm 5, 14).

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