Читать книгу Miradas cruzadas. Escritoras, artistas e imaginarios (España-EE.UU., 1830-1930) онлайн

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Efectivamente, Cinco meses en los Estados-Unidos presenta una factura heterogénea. La Sagra no escribe con una periodicidad establecida y en sus entradas ofrece información variada sobre sus experiencias. El viajero muestra su interés por tomar nota de todo cuanto ven sus ojos. Detalla minuciosamente su visita a bibliotecas, academias, museos, escuelas, institutos y universidades; describe el funcionamiento de instituciones benéficas, como hospitales, colegios de sordomudos, asilos, albergues, prisiones, etc.; especifica los gastos y actividades de los últimos años de estas instituciones, o el contenido de cada una de las comidas de los presos, los huérfanos o los sordo-mudos. Sin olvidar su primera vocación científica, aunque orientada esta vez a la agricultura, ofrece información de primera mano sobre la nueva maquinaria introducida en los cultivos y los nuevos métodos de labranza. También muestra su admiración por la industria y los modernos medios de comunicación. Como viajero se traslada en tranvía, barcos de vapor, diligencias y otros transportes, y describe deslumbrado su rapidez y su confort. Visita las construcciones de vías férreas y de canales navegables, y se admira de las ciudades americanas, de la limpieza, la amplitud de sus calles, y sus numerosos parques y jardines. Acude a conocidos y amigos que le facilitan la estancia en las diversas ciudades que visita y le ayudan a comprender algunas costumbres norteamericanas. Durante su primera visita a la ciudad de Nueva York el cónsul de España, Francisco Staugthon, se convierte en su cicerone (La Sagra, 1836: 44). Allí conoce al barón de Lenderer y al doctor Julius. El pintor inglés Daniel Thomas Egerton será el compañero con el que realiza la excursión del “paso bajo la catarata” del Niágara (La Sagra, 1836: 261). La Sagra programa sus visitas para que el responsable del centro pueda mostrarle la institución; acude a algunos con cartas de presentación y se informa mediante la lectura de documentos de toda índole de los establecimientos e instituciones que visita, buena parte de los cuales formarán los volúmenes depositados en la Biblioteca Nacional, tal y como señala el autor en la “Introducción” al libro de viajes.5 También acude a las impresiones de otros viajeros. Ha leído el Viaje a los Estados-Unidos de Norte de América (1834) de Lorenzo de Zavala, con quien comparte muchas opiniones (La Sagra, 1836: 283), y se muestra en desacuerdo con otros extranjeros, en concreto viajeras inglesas, que ofrecen sus impresiones, siempre en este caso negativas, en torno a las costumbres americanas. Así ocurre, como se verá, con el Journal of Frances Anne Butler, una “obrita del dia, sobre las costumbres de este pais, y á cuyas críticas pueriles dan los Americanos mas importancia de la que merecen” (La Sagra, 1836: 33), de la actriz inglesa Frances Anne “Fanny” Kemble, y con el famoso volumen Domestic Manners of the Americans (1832) de Frances Trollope.

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