Читать книгу La constelación tercermundista. Catolicismo y cultura política en la Argentina 1955-1976 онлайн

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Al referirse especialmente a las posibilidades de inserción y crecimiento de la JOC en el medio local, el cardenal Caggiano hacía en 1954 un diagnóstico riguroso y realista a partir de las limitaciones organizativas y de recursos humanos existentes en la propia institución, al mismo tiempo que alentaba a sus asesores y miembros a seguir el ejemplo de lo que había sido la experiencia –a su criterio exitosa– de ACA. Las principales dificultades para el crecimiento de la JOC eran la escasez del clero y la multiplicación de actividades que el sacerdote realizaba impidiéndole dedicarse de lleno al mundo del trabajo. Ante dicha evidencia, se imponía pues la renovación de las parroquias, en el sentido de emprender la formación de los laicos jocistas, quienes al igual que sus pares de ACA serían una auténtica vanguardia cristiana destinada a enfrentar a los poderosos enemigos de la Iglesia y de los valores civilizatorios cristianos. Pero para poner en marcha tal emprendimiento era imprescindible conquistar al clero diocesano y al regular,27 encargados de insuflar el impulso inicial a los jóvenes jocistas. Caggiano consideraba que la batalla contra el materialismo ateo se resolvería en el campo obrero en el cual necesariamente la Iglesia debía intervenir. Para defenderse del ataque comunista que acusaba a la Iglesia de identificación con el capitalismo y, en consecuencia, como enemiga de la clase obrera, Caggiano enfatizaba en que se asumiera la condena del capitalismo tal como lo imponía –según su lectura– la fe cristiana:

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